A pesar de llevar una semana y poco en el curso de realión, hasta hoy no me había atrevido a crearme un blog para contar mis cosillas. Vamos, lo que viene siendo un diario, porque de memoria ando fatal, y dentro de un año me gustará recordar lo que hice en clase éste o aquel día. Y que las pocas personas que lean esto se entretengan haciéndolo.
De momento, la primera secuencia va a ser cortita, porque ha sido un día muuuuy largo y estoy cansado a más no poder.
La acción empieza a las dos menos algo, llevando yo un taco de folios a encuadernar. Y esos folios contienen un cursillo de dibujo, dado que soy pésimo para plasmar lo más simple en papel. Al llegar veo que está llenísimo, pero bueno, lo que hago es dejarlo para que me lo encuadernen y recogerlo más tarde.
Entonces voy hasta el bus, llego a clase y hago la prueba de nivel de inglés. Satisfecho, salgo del salón de actos para volver a clase, que está dictando el profesor teoría del guión. Poco más, nos explica algunas cosillas de producción y a casa, porque el profesor de Sistemas está malo malo.
Vuelvo, y antes de irme a casa paso por una tienda de disfraces para comprar sangre falsa para el corto que estoy preparando. Como no hay lo que busco, me compro látex líquido para fabricar mis propias heridas.
Después de pasar por casa de mi abuela vuelvo, por fin, a la mía. Me siento frente al ordenador, busco un tutorial de cómo hacer heridas falsas y me pongo a ello. Queda bastante bien, exceptuando el DOLOR que he sentido al quitármela: el látex ha atrapado los pelillos del brazo y actúa como si fuese cera depilatoria. Eso sí, he conseguido quitármela a costa de varias calvas en el brazo.
Y hasta aquí mi primer día, espero no haberos aburrido con el tocho éste. Creo que cuando empiece con la práctica la cosa será más divertida.
Au revoir!
